Columna
El título implica más la sonoridad que la espectativa sagaz. Las palabras con jota son muy extranjeras. Carcaj, por ejemplo o carcajada. Estas palabras con jota son extrañas y se asocian a la voluntad: juez, juego, jarro, justicia, Jiménez de Quesada, ejército, ejemplo, rojo, joroba, reloj, etc. Lo laberíntico, en cambio, o lo enigmático suele concentrarse en el fundamento o núcleo de ser necesario: todo laberinto tiene salida o todo enigma es irresoluble. Las encrucijadas no son tan determinadas, son más humanas. No implican los extremos o las medianías, sino aquello que se entre cruza sin que necesariamente se de en el medio o el punto justo donde las cosas se deben cruzar. Claro, con cierta distancia del punto medio de los seres continuos que expone Aristóteles, no son geométricas las encrucijadas, son más bien dispersas. Como por ejemplo, la reacción ante una arbitrariedad.
Esta columna de opinión política se llama encrucijada, porque la sonoridad de la palabra implica la respuesta a una arbitrariedad social. Es por ello, un ejercicio de opinión política local y busca revelar el discurso del gobierno de turno en la ciudad.
Será cuestion de una página. Primero por lo fácil que resulta exponer los estupendos errores en los textos que los gobernantes publican. Segundo, porque debo recordarle a mis adorables lectores mi escasa capacidad de concentración con este subgénero menor. No quiero darle protagonismo al gobierno local, sino a quién es afectado por este. Encrucijada es entonces, una guía para fortalecer la respuesta ante las arbitrariedades gubernamentales..
En Conclusión, al revisar el Decreto 007 del alcalde actual se evidencia que comete el error estupendo en su primera referencia bibliografía, de no es capaz de transcribir la palabra “cannabis” y termina por escribir (caniños). Efectivamente el documento está bien firmado por el alcalde de la ciudad que no sabe fundamentar su gobierno en argumentos religiosos porque no sabe escribir y crea palabras cuando copia referencias sin sentido. ¿Qué aclare la administración que significa la palabra “caniños” en el documento citado. Este solo error de la “casa de citas cristiana” llamado decreto, le vale para producir tal nivel de confusión en lo que ordena que debería ser derogado inmediatamente. A esto gazapos de mediocres con iniciativa no les basta tales descuidos en las referencias de su mismo credo, ahora imaginen el dialogo que este fanatico religioso de odio cannabico hace de Kant o Rousseau.
El título implica más la sonoridad que la espectativa sagaz. Las palabras con jota son muy extranjeras. Carcaj, por ejemplo o carcajada. Estas palabras con jota son extrañas y se asocian a la voluntad: juez, juego, jarro, justicia, Jiménez de Quesada, ejército, ejemplo, rojo, joroba, reloj, etc. Lo laberíntico, en cambio, o lo enigmático suele concentrarse en el fundamento o núcleo de ser necesario: todo laberinto tiene salida o todo enigma es irresoluble. Las encrucijadas no son tan determinadas, son más humanas. No implican los extremos o las medianías, sino aquello que se entre cruza sin que necesariamente se de en el medio o el punto justo donde las cosas se deben cruzar. Claro, con cierta distancia del punto medio de los seres continuos que expone Aristóteles, no son geométricas las encrucijadas, son más bien dispersas. Como por ejemplo, la reacción ante una arbitrariedad.
Esta columna de opinión política se llama encrucijada, porque la sonoridad de la palabra implica la respuesta a una arbitrariedad social. Es por ello, un ejercicio de opinión política local y busca revelar el discurso del gobierno de turno en la ciudad.
Será cuestion de una página. Primero por lo fácil que resulta exponer los estupendos errores en los textos que los gobernantes publican. Segundo, porque debo recordarle a mis adorables lectores mi escasa capacidad de concentración con este subgénero menor. No quiero darle protagonismo al gobierno local, sino a quién es afectado por este. Encrucijada es entonces, una guía para fortalecer la respuesta ante las arbitrariedades gubernamentales..
En Conclusión, al revisar el Decreto 007 del alcalde actual se evidencia que comete el error estupendo en su primera referencia bibliografía, de no es capaz de transcribir la palabra “cannabis” y termina por escribir (caniños). Efectivamente el documento está bien firmado por el alcalde de la ciudad que no sabe fundamentar su gobierno en argumentos religiosos porque no sabe escribir y crea palabras cuando copia referencias sin sentido. ¿Qué aclare la administración que significa la palabra “caniños” en el documento citado. Este solo error de la “casa de citas cristiana” llamado decreto, le vale para producir tal nivel de confusión en lo que ordena que debería ser derogado inmediatamente. A esto gazapos de mediocres con iniciativa no les basta tales descuidos en las referencias de su mismo credo, ahora imaginen el dialogo que este fanatico religioso de odio cannabico hace de Kant o Rousseau.