ciencia ficción y prospectiva
Los economistas amamos el futuro. Queremos establecer sus reglas, gobernar sus movimientos, pronosticar. La ciencia ficción parece tener las mismas intenciones. Rinde tributo a la idea de “después”. Pretende representar una situación a través de la inferencia. Es por estos motivos que podemos establecer un vínculo entre el género cinematográfico y la economía política.
En alguna oportunidad pensé en hacer “crónicas sobre el futuro”. Es una controversia compleja de responder. El devenir futuro. Este fin de semestre ha resultado particularmente sospechoso, si quisiéramos realizar una película con el objetivo de representar el futuro de la Universidad. Deberíamos considerar la posibilidad de su ocaso, como institución. Ahora bien y para no ser trágicos, el interés de la ciencia económica, no se encuentra en esta certeza keynesiana, sino en las velocidades del proceso. Así las cosas, considerar el futuro de la Universidad únicamente es interesante si limitamos el proceso a la certeza de su desaparición. ¿En el estado actual de las cosas, ceteris paribus, cuánto tiempo le queda a la Universidad?
En alguna oportunidad lo intentamos con UIS 2046 (2017) la historia de “Populus (Camilo Torres) estudiante UIS año 2046 viaja 40 años al tiempo del plebiscito por la PAZ y lo que descubre lo llevará a saltar la delgada línea de lo familiar y lo político. El viaje en el tiempo le hará saber que todo en la vida es político”. Puede ver el video en este link Ahora, cinco años después, las cosas ya fueron diferentes. En aquella oportunidad fue necesario analizar la Universidad en 40 años. Ahora tendríamos que pensarla dentro de 1000.
Bien vale arriesgar la tarjeta profesional al inferir que el tiempo es más corto de lo que consideramos la primera vez. Tal como va el mundo hoy, no llegaremos a finales de siglo y si atendemos al estado de cosas en la Universidad falta menos. Por ejemplo: ¿quiénes podrán acceder a la Universidad en 40 años? Hace apenas una semana, una señora vigilante me preguntó si yo aún tenía clases en la universidad. Dos días después, otro amable vigilante en la puerta me intercepto con la pregunta de ¿con quién había salido el día anterior? Todo esto me lleva a considerar que es una buena idea intentar la relación propuesta entre la técnica económica y el género cinematográfico.
¡Bienvenidos(as)!
Los economistas amamos el futuro. Queremos establecer sus reglas, gobernar sus movimientos, pronosticar. La ciencia ficción parece tener las mismas intenciones. Rinde tributo a la idea de “después”. Pretende representar una situación a través de la inferencia. Es por estos motivos que podemos establecer un vínculo entre el género cinematográfico y la economía política.
En alguna oportunidad pensé en hacer “crónicas sobre el futuro”. Es una controversia compleja de responder. El devenir futuro. Este fin de semestre ha resultado particularmente sospechoso, si quisiéramos realizar una película con el objetivo de representar el futuro de la Universidad. Deberíamos considerar la posibilidad de su ocaso, como institución. Ahora bien y para no ser trágicos, el interés de la ciencia económica, no se encuentra en esta certeza keynesiana, sino en las velocidades del proceso. Así las cosas, considerar el futuro de la Universidad únicamente es interesante si limitamos el proceso a la certeza de su desaparición. ¿En el estado actual de las cosas, ceteris paribus, cuánto tiempo le queda a la Universidad?
En alguna oportunidad lo intentamos con UIS 2046 (2017) la historia de “Populus (Camilo Torres) estudiante UIS año 2046 viaja 40 años al tiempo del plebiscito por la PAZ y lo que descubre lo llevará a saltar la delgada línea de lo familiar y lo político. El viaje en el tiempo le hará saber que todo en la vida es político”. Puede ver el video en este link Ahora, cinco años después, las cosas ya fueron diferentes. En aquella oportunidad fue necesario analizar la Universidad en 40 años. Ahora tendríamos que pensarla dentro de 1000.
Bien vale arriesgar la tarjeta profesional al inferir que el tiempo es más corto de lo que consideramos la primera vez. Tal como va el mundo hoy, no llegaremos a finales de siglo y si atendemos al estado de cosas en la Universidad falta menos. Por ejemplo: ¿quiénes podrán acceder a la Universidad en 40 años? Hace apenas una semana, una señora vigilante me preguntó si yo aún tenía clases en la universidad. Dos días después, otro amable vigilante en la puerta me intercepto con la pregunta de ¿con quién había salido el día anterior? Todo esto me lleva a considerar que es una buena idea intentar la relación propuesta entre la técnica económica y el género cinematográfico.
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