Para ellos, peor aún que la catástrofe democrática producida por Duque, necesaria para mantener el poder del uribismo, resultaría que les saliera “el tiro por la culata” y que, gracias al incumplimiento de los acuerdos, la república de Colombia perdiera la guerra y el modelo cambiara al extremo del opuesto que los paramilitares huyeran de los campesinos, los policías de los estudiantes y los militares de los guerrilleros. Así también, que los narcotraficantes huyeran de las comunidades indígenas. Este escenario sería peor aún para la guerra tanto que conllevaría a un triunfo contundente de los firmantes del acuerdo y, después de un siglo, llevar a cabo una reforma de tierras.
De mayor destrucción que la dictadura de la corrupción es la capacidad que tiene la indignación pública para cambiar de un momento para otro las influencias de la ideología. Ya ha pasado y de hecho estamos pasando por el lado de una violencia similar a la de años anteriores. Lo dramático es que la guerra es irreversible y aunque se repita no ocurre lo mismo, lo que quiere decir; que seamos tan violento como en el pasado no repetirá el resultado del triunfo de la violencia. Todo lo contrario, como la guerra es irreversible, al volver atrás en violencia, lo que se espera que pase será diferente. Puede ser que sean tiempos más violentos, pero también, necesariamente, puede ser que sean tiempos de paz. Y esa posibilidad de paz era inimaginable antes del festejo de la traición a los acuerdos. Ya se sabía que no iban a incumplir, esto mismo ha pasado desde la revolución comunera con cada acuerdo de paz firmado en territorio colombiano. Se llama Berberismo y es la facultad histórica colombiana de traicionar un acuerdo antes de firmarlo. Ese fue el motivo para que Duque ganara, el pueblo quería un presidente que reafirmara la guerra para legitimar la traición y burlar la democracia. Por eso Duque será conocido como el gran traidor de la República, el que iba a vender la paz para beneplácito de sus seguidores. La ventaja de ello es que es imposible tener nuevamente un pacificador violento y por tal motivo el siguiente escenario será el de la paz. Claro, puede ser la misma que se siente justo después de una explosión.